¿Vale la pena estudiar para emprender?

Hacer una carrera o un posgrado en negocios es de gran ayuda. Pero para convertir tus ideas en empresas también cuenta la experiencia.
A lo largo de mi carrera como periodista especializado en el tema de negocios he entrevistado a muchos emprendedores. Una cosa que tienen en común es la pasión por su empresa; eso sí, lo que no tienen en común es su historial académico. Algunos sólo concluyeron la preparatoria. Muchos cuentan con un título de licenciatura. Y otros han cursado una maestría en Administración de Negocios o MBA. 

En lo que al espíritu emprendedor se refiere, definitivamente la educación no es una cosa “unitalla” que le ajuste a todo el mundo. Así que prepárate para tratar de resolver la interrogante que varios dueños de negocios se han planteado en diversos momentos. ¿Estudiar administración de empresas te hace, en efecto, mejor emprendedor? O bien, ¿se puede enseñar el espíritu emprendedor?

Ser emprendedor no sólo está de moda, sino que se ha convertido en toda una tendencia. En países como Estados Unidos y México hay numerosos programas educativos, tanto a nivel universitario como de posgrado. Sin embargo, esto en vez de esclarecer el panorama, sólo impulsa la misma interrogante: ¿se trata de una habilidad que se puede aprender en la escuela, o incluso en el trabajo?

“El espíritu emprendedor se puede enseñar”, afirma Caroline Daniels, profesora en Babson College, que por lo general se ubica como la institución que tiene los mejores programas de educación empresarial de EE.UU. y prestigio internacional. Pero, “la pasión por una idea, por la oportunidad, ésa tiene que venir del emprendedor”, añade la especialista.

Los defensores de la educación empresarial dicen que ésta provee a los estudiantes las herramientas que les permiten identificar oportunidades y desarrollar modelos de negocios exitosos. No obstante, existen otras opiniones que señalan que todos estos cursos y posgrados deben extenderse más allá del salón de clases. 

“Uno también puede aprender lo más que pueda de la mayor cantidad de fuentes posible”, asegura el emprendedor Chris Guillebeau, autor del best seller del New York Times The $100 Startup. “La experiencia puede ser la mejor maestra; sin embargo, puedes complementar esa educación con educación de tipo tradicional o no tradicional”.

Para muchos, un título universitario o un MBA le abre la puerta al espíritu emprendedor. De hecho, varios maestros en Administración de Empresas están fundando sus propias compañías en vez de buscar empleo. Una cifra récord: el 16% de los graduados de la generación 2011 de la Escuela de Negocios de Stanford decidió iniciar su empresa. 

También hay CEOs que sienten que sus diplomas en el área de negocios les están reportando ganancias. “Mi título universitario en publicidad realmente moldeó la forma en que pienso acerca de la creatividad, la innovación y de alterar lo establecido”, afirma Michael Karnjanaprakorn, CEO de Skillshare, un centro educativo enfocado en la creatividad. “Me ha hecho mejor emprendedor porque me ha permitido ver el mundo de una manera diferente”. 

Analiza antes de invertir

Mientras en varios países se debate a causa de la situación económica actual y el alto índice de desempleo, organizaciones como Thiel Fellowship y UnCollege están alterando el statu quo y las expectativas no sólo de una educación empresarial, sino de la educación universitaria en general. “La universidad no es ciento por ciento dañina, como mucha gente pretende que es. Creo que los tiempos son distintos para cada emprendedor. Algunos abren sus negocios a los 18 años y otros a los 28, como es mi caso”, dice Karnjanaprakorn.

El costo de una educación tradicional es algo que se debe considerar, especialmente entre los aspirantes a empresarios que quizá tengan que ser autosuficientes en tanto arrancan un nuevo proyecto. “Demasiados jóvenes están gastando miles de pesos –que no tienen– en recibir entrenamiento para empleos que no existen”, asegura Guillebeau, quien estudió Sociología y Relaciones Internacionales. 

Lo que la universidad puede proporcionar, además, son laboratorios para experimentar. “Babson College me brindó un ambiente seguro y controlado para crecer y desarrollarme como individuo, así como para explorar el mundo y mi lugar en él”, señala Danial Malik, quien se graduó en 2012. “Lograr eso es un poco más complicado cuando no estás en la universidad”.

Conclusión: ¿deberías estudiar una carrera empresarial si quieres ser un emprendedor exitoso? Si te estás preguntando si tienes que dar el salto e ir a la universidad para estudiar negocios, la respuesta corta es: depende. Al fin y al cabo, una educación universitaria es una inversión (financiera) considerable. Por lo que debes revisar con cuidado la currícula y las herramientas que necesitas antes de vaciar tu cuenta de ahorro.

“Por décadas, la mayoría de las escuelas de negocios han entrenado a los estudiantes para ser gerentes de nivel medio en corporaciones como las 500 de Fortune. Ojo: se trata de una carrera muy distinta de la de empresario”, sentencia Guillebeau. Una cosa que los emprendedores hacen bien es pasar a la acción; sin embargo, ¿qué sucede cuando hay que comprometerse a dedicar mucho tiempo y dinero para poder obtener un título?

“Dar el primer paso puede ser desa­lentador, aunque la metodología, crear oportunidades y modelos de negocios en la universidad donde estás rodeado de individuos y equipos llenos de energía que piensan como tú, puede significar una gran diferencia”, asegura Daniels. Así que, ¿deberías ir a clases o más bien arreglártelas por ti mismo? No hay una forma correcta como tal. Al parecer, combinar ambas experiencias parece tener sus ventajas. “Hay ciertas cosas que se pueden enseñar: marcos teóricos, conceptos, etc., pero la única manera de aprender acerca del espíritu emprendedor es ejercerlo”, finaliza Karnjanaprakorn.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita.